Adentrarse en la que fue hasta el año 2013, la Fábrica de Armas de la Vega en Oviedo, es sentir que el tiempo se para.

Con motivo de las II Jornadas  de Patrimonio Cultural de Oviedo, el pasado sábado,tuve la posibilidad de conocerla un poquito más. Uno de esos espacios que, como guía, se interpretan desde el autobús a todos aquellos que vienen a visitar la capital asturiana; porque no pasa desapercibida y sobrecoge por sus dimensiones.

Fábrica de Armas La Vega No se cierra

Localizada en los antiguos terrenos del monasterio benedictino de Santa María de la Vega, fundado en el siglo XII, comienza su actividad en el año 1856 cuando se centralizan los talleres. Previamente ocupó el Palacio del Marqués de San Feliz, localizado en la Plaza Daoíz y Velarde junto a la plaza del Fontán.

Hasta ese momento muchos armeros desarrollaban su actividad en sus propias casas o pequeños talleres que posteriormente entregaban. Existe documentación fehaciente en la que se menciona que este gremio producía en Oviedo, Grado, Mieres…. entre otros. Este sistema productivo fue sustituido con la centralización de la Vega.

Sin las fábricas de armas de Trubia y de la Vega el destino industrial de Asturias hubiera sido muy distinto. No es casualidad que se decidieran instalar en nuestra región, pues la riqueza en materiales como la madera, hierro y carbón garantizarían la producción.

Igualmente con la llegada de la apertura de la fábrica de Gas y la de Armas, Oviedo en pocos años, triplicó su población, al pasar de los 8.700 habitantes a los 20.100. Se construyen colonias de obreros como la que se encuentra frente a la propia fábrica.

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Claustro barroco del monasterio benedictino que se transformó en almacén. Obra del candasino Pedro Antonio Menéndez, artífice también del que hoy es el Hotel de La Reconquista.

El diseño que hoy presenta La Vega se vertebra en torno a dos calles: C/ del General Lecourbe y la del Coronel Ladrera, este último militar, político y alcalde de Oviedo entre los años 1924 – 1926.

A lo largo de ellas, se levantan numerosas edificaciones que se fueron adaptando a las necesidades de la fábrica y  que a día de hoy la gran mayoría se encuentran en estado de abandono. Escenas bucólicas, idóneas para el rodaje….. y así, es lo que hizo el pasado mes de agosto el cineasta asturiano Sergio G. Sánchez quien estuvo rodando Marrowbone, un thriller psicológico que llegará a la gran pantalla el próximo año.

Fabrica Armas La Vega Madera patrimonio industrial

Detalle de una de las estancias dedicada a la explotación maderera

Bajo sus suelos, se encuentran intercomunicados conductos que sirven para calentar cada una de sus estancias. Algunas de ellas, albergan a día de hoy documentos de lo que fue el pasado de la fábrica. Propiedad del Ministerio de Defensa, la Vega cuenta con un archivo propio e inventariado teniendo en cuenta las pautas del propio Ministerio. La idea que se pretende realizar con el tiempo es digitalizar los fondos documentales para poder acceder vía online al archivo de referencia.

Hoy en día existe una colección  de 300 armas, algunas de ellas únicas como el “arma número 1” realizada en el año 1859 y custodiada en la Delegación de Defensa de Plaza España . En su conservación y rehabilitación han participado un equipo de reservistas voluntarios y aficionados. Patrimonio de incalculable valor, una colección de armas que resumen la trayectoria de la fábrica y el paso por ella de miles de maestros y aprendices. Igualmente, se conservan 459 piezas de bienes muebles, entre ellas 60 máquinas, algunas de ellas yacen en el depósito del Museo Arqueológico.

Fondo documental patrimonio industrial

La Escuela de aprendices de Artes y Oficios fue uno de los espacios que más me impresionó, quizás también por mi vinculación a la docencia. Realizado a base de ladrillo y con grandes ventanales, el arquitecto prestó una especial atención al sistema de ventilación e iluminación para facilitar el trabajo de los aprendices en su interior.

El 1 enero  de 1928 se inaugura la Escuela de aprendices de Artes y Oficios albergó durante su existencia una media de 200 alumnos por curso. Fue en el año 1910 cuando queda integrada tanto la instrucción teórica como la practica. Este centro, se convertirá en un referente de la cualificación profesional .

Escuela artes y oficios, fabrica de armas la vega

Una vez nos adentramos en su interior, se puede apreciar la intencionalidad artística que destaca, especialmente en el hall principal. Elementos decorativos, como son los zócalos, la techumbre realizada a base de escayola policromada la cual resultaba más económica que la madera, pero obteniendo el mismo resultado. Su pavimento, realizado con baldosin hidráulico cuyas primeras referencias se remontan a la Exposición Universal de Paris de 1867. Es la empresa Garret, Rivet y Cía. la encargada de presentar este tipo de baldosa.

En sus paredes lucen insignias de la instrucción que recibían aquellos hijos – aprendices de trabajadores que no pasan desapercibidas: “no estudies para la escuela, sino para la vida” , “sé consciente de tu ignorancia y así podrás aprender”.  Otra tan representativa como la que se aprecia en la fotografía.

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Es en los años 20 del pasado siglo, en la fábrica de La Vega se realizan más edificaciones debido a las demandas del momento. Espacios más alejados de ese Oviedo redondo y amurallado pero conectados con la delicada arquitectura prerrománica de Santullano y la actual autopista Y.

Se trata de la nave que albergará el taller para la producción de cañones (tubo metálico de las armas de fuego), obra del arquitecto Sánchez del Rio. Una planta de 5.184 m², compartimentada en tres naves adosadas, de  idéntica luz y altura. Llama la atención la técnica constructiva aplicada en la cubierta a partir de forjado de cerámica armada y en su interior  sus tres puentes grúa que se encuentran en perfecto estado de conservación.

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La fábrica de Armas de la Vega, fue sin duda un espacio donde las personas fueron las protagonistas.

En ocasiones se dignifica y otorga un carácter de protección a un edificio, castillete, iglesia… dejando de lado la parte humana, sin ella no hubiera existido esa historia… Una reflexión muy acertada que al finalizar la visita apuntaba Mª Fernanda. Una referencia del patrimonio industrial asturiano, una maestra para mí, que hace años me inculcó por este patrimonio tan rico pero a la vez tan desconocido de nuestra región, como es el industrial.
Y fuimos las personas las que pudimos admirar también las obras expuestas con motivo del concurso de pintura rápida enmarcadas en las II Jornadas Culturales, que vuelven a superar expectativas en las visitas a La Vega. Una esperanza a que este maravilloso espacio no caiga en el olvido, que los curiosos en acceder no se encuentren con las barreras que en el pasado las separaban de la ciudad. Un espacio donde el arte con letras mayúsculas, invada un lugar mágico de Oviedo.